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¿En qué consiste miMi ?

MiMi es una mochila-riñonera para que niños de entre 0 y 8 años puedan llevar la bomba de insulina de una forma divertida, ergonómica y empoderada.

El producto tiene forma de mascota para que el niño conciba la enfermedad como aliado y no como un enemigo; cuidando del monstruito y a la vez sintiéndose cuidado por él.

¿Qué te impulsó para poner en marcha tu/vuestro propio proyecto emprendedor?

miMi nace hace dos años, como idea y prototipo, pero no se empieza a hacer realidad hasta noviembre de este año, cuando recibo una beca de la Unión Europea para jóvenes emprendedores creativos, a través del Impact Hub Madrid. Allí es donde me enseñan a salir de mi pequeño estudio al mundo; del prototipo, a la producción, lo que me dio la valentía para lanzar el proyecto a la luz y trabajar para vivir de ello.

¿Por qué decidiste ponerle este nombre?

Porque “miMi” es casi una onomatopeya muy sencilla que los niños pueden decir para identificar el producto. También, por esa similitud entre la palabra y el concepto de “mamá” con “mimi”.

¿Cómo nació en ti el interés por este sector?

Desde que el diseño llegó a mi vida, he sentido un especial amor por los proyectos que tocan el lado emocional de la persona que los usa. En ese sentido he diseñado desde jardines de hospitales psiquiátricos en París hasta objetos para manejar las autolesiones en adolescentes. La mezcla entre arte y salud emocional es mi mayor pasión y a lo que quiero dedicar mi vida. 

¿Por qué decidiste lanzar una campaña de crowdfunding?

Porque era una forma maravillosa de hacer llegar un proyecto diferente, social y de empoderamiento de una manera mucho más colaborativa. He comprobado que el mundo de la diabetes en particular, es una gran familia, y por eso funciona muy bien este tipo de financiación, en la que todos los que aportan son parte del proyecto.

¿Cuáles fueron los objetivos principales de la campaña?

Fabricar 50 miMis, de los cuales algunos serían donados a algunas asociaciones de diabetes españolas que colaboraban con nosotros. Al alcanzar el objetivo a las pocas semanas, seguimos trabajando en la comunicación hasta lograr la financiación de 65 mochilas para niños con diabetes.

¿Cómo definiste las recompensas?

Como este crowdfunding funcionaba con preventas, teníamos muy claro que lo principal del proyecto era la mochila, por lo que no nos entretuvimos en merchandising inútil y decidimos centrar nuestras recompensas en la pura producción de los miMis.

¿Cuál fue el objetivo económico de la campaña?

Funcionaba por preventas; un miMi eran 25€, dos miMis 48€, 3 miMis 71€.

¿Qué pasó después de que la campaña fuera financiada?

El mismo día después de la finalización de la campaña, varias personas me dijeron que querían comprar un miMi para sus hijos e hijas.

Pero más allá de esa pequeña anécdota, comenzamos la producción con el taller de serigrafía y con el taller de costura. Dos meses después, los 65 miMis estaban listos para ser enviados a 65 niños.

Mucha gente nos animó a seguir produciendo y a seguir diseñando nuevos accesorios, lo que nos llevó a replantearnos algo mucho más grande que una pequeña mochila.

¿Cuáles son los planes de futuro a partir de aquí?

Ahora mismo estamos en proceso de prototipado de un segundo diseño para llevar el glucómetro, las tiras reactivas, las plumas, y todo lo que un niño o niña con diabetes pueda necesitar, siguiendo la filosofía de miMi de empoderar a los usuarios de sus productos.

También, nos estamos expandiendo y pronto miMi llegará a Argentina, y seguramente a toda Latinoamérica.

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En detalle sobre la campaña:

¿Cuánto tiempo te llevó trabajar en la campaña?

Un mes aproximadamente.

¿Cuánto dinero se invierte en reportaje fotográfico, producción de vídeo, etc?

Yo la verdad es que tengo la suerte de contar con un equipo de fotógrafos, directores y guionistas, por lo que el conjunto no superó los 100€.

¿Cuál crees que fueron los factores de éxito que te han llevado a este punto?

La transparencia con los usuarios futuros de miMi, y la perseverancia en cuanto a publicaciones y novedades en redes sociales.

¿Qué otras cosas has aprendido de la campaña?

Una paciencia infinita y una capacidad de flexibilidad frente a los imprevistos que creo me servirá para el resto de mi carrera profesional y de mi vida.

¿Qué consejo le darías a una persona que acaba de iniciar una campaña?

Que nunca sabe quién le estará leyendo ni quién estará compartiendo su proyecto, así que, que no deje de trabajar y de ilusionarse cada día con su creación y su creatividad. Al final, siempre a alguien le va a gustar lo que hagamos.

¿Qué te llevas o qué te ha aportado el haber participado en el programa Creative Business Studio?

Una dosis de realidad bastante necesaria para el desarrollo del proyecto, además de unas ganas de seguir trabajando en la forma en la que diseño y cuento historias.